Écrasez les humanités: debemos rechazar unos estudios que nos salen (a todos) muy caros?


Se ha creado una interesante discusión en Italia a propósito del estudio del Centre for European Policy Studies, sito en BruselasHow returns from tertiary education differ by field of study Implications for policy-makers and students de Miroslav Beblavý, Sophie Lehouelleur and Ilaria Maselli, No. 411 / July 2015. Discusión sobre la utilidad o no de las  humanidades en términos de coste socio-político que ha puesto sobre el tapete el periódico Il fatto quotidiano en un artículo de  titulado Il conto salato degli studi umanistici de 12 de Agosto de 2015. El periodista alerta a los padres, ante el inminente comienzo de las clases en la Universidad, de los peligros de estudiar según qué carrera:

Guardiamo all’Italia: fatto 100 il valore medio attualizzato di una laurea a cinque anni dalla fine degli studi, per un uomo laureato in Legge o in Economia è 273, ben 398 se in Medicina. Soltanto 55 se studia Fisica o Informatica (le imprese italiane hanno adattato la propria struttura su lavoratori economici e poco qualificati). Se studia Lettere o Storia, il valore è pesantemente negativo, -265. Cioè fare studi umanistici non conviene, è un lusso che dovrebbe concedersi soltanto chi se lo può permettere. L’Italia è il Paese dove questo fenomeno è più marcato.

Se cita el estudio en cuestión para establecer el valor actualizado de las carreras, incluyendo el coste de renunciar a los ingresos por no trabajar mientras se estudia. Para una carrera de 5 años se establece este valor a 100, resultando para las carreras de Leyes o Economía de 273, y de -265 para Letras o Humanidades. Así que los estudios humanísticos son un lujo solo permisible a quien pueda, pero que la sociedad no debería promover, se entiende. Debe quedar claro que estos datos son abstractos y en ningún caso se refieren a cantidades en euros (como el propio autor del periódico tuvo que admitir modificando su entrada el 13 de Agosto).

Como era de esperar rápidamente se levantaron ampollas: el Blog Minima et Moralia publicó el 19 de Agosto una entrada (LO HANNO DETTO GLI ECONOMISTI!) confrontando las «tesis» de Il fatto quotidiano. Al margen de que efectivamente el costo de las humanidades sea superior, que no en todos los casos, como por ejemplo con los críticos de arte, por decir uno, y obviando la a priori desventaja de estas carreras en el tipo de sociedad que tenemos, es importante volver sobre la cuestión de la legitimidad de las humanidades, y si éstas deben ser un privilegio al alcance de unos pocos con posibles o la cultura es un derecho, como la educación, universal:

Insomma, la cultura è privilegio di pochi (e ricchi). Tutti gli altri che vadano a lavorare, a sostenere in termini di tasse e servizi il grande meccanismo che regge la società. Se poi sono bravi potranno magari emergere e magari dire la loro su un giornale. In realtà anche qui nulla di nuovo, anzi, siamo alla dialettica servo-padrone di Hegel, come ricorda Rocco Ronchi in un recente saggio, «Zombie outbreak»: “La differenza tra Signore e Servo era appunto la differenza che passa tra godimento e lavoro. Il padrone gode, il servo lavora. Sappiamo tutti cosa è lavoro. Forse non sappiamo bene, però, cosa è godimento. Lavorare è, sostanzialmente, trasformare per un certo tempo la propria vita in una funzione, lavorare è mettere il proprio corpo (e la propria intelligenza) all’opera. L’opera è la produzione di valore. Quando si lavora il fondamento del proprio essere è fuori di sé, è per-altro. Dove? Nel godimento del padrone, appunto”.

Es interesante la referencia a un ensayo, específicamente sobre la filosofía, de Rocco Ronchi llamado «Zombie outbreak» de este mismo 2015, donde se hace un paralelo  entre la diferencia señor/esclavo hegeliana con la que separa a los que gozan de los que trabajan. De manera que lo que Il fatto quotidiano está diciendo es que el placer de la cultura debe ser reservado a una élite

Y esto es justamente lo que rechaza Umberto Eco en Apocalípticos e Integrados, como bien analiza Scolari en su blog Hipermediaciones. La cultura de masas no solo es algo posible, actuando críticamente, sino necesario:

«La genial jugada de Umberto Eco consistió en ir más allá de estos maniqueísmos, desplegando una mirada crítica que supo reivindicar los aspectos positivos de la cultura de masas. La industria cultural, para Eco, no es un problema: sí lo es el consumismo o la interpretación superficial y conformista de los contenidos que provienen, por ejemplo, de la televisión.» (Scolari)

Cuestión que circunvala el tema del que hablábamos: para Aristóteles ser humano consistía en gozar sin estar sometido a ningún otro, y por eso la vida es asunto de la práxis y no de la poiésis, práxis porque su fin es ella misma (como recuerda Rocco en su ensayo citado por  en el blog referenciado). Más aún, como también recuerda Giorgio Agamben en Homo Sacer, los griegos distinguían entre Bíos, la vida como sujeto de la pólis, racional, educado, culto, y la simple vida o Z en general común a todos los seres que la portan. Restringir la cultura en general a una élite sería condenar a la mayoría a una simple «vida animal» incapaz de la felicidad (del goce que solamente puede asumir el «ciudadano» de la pólis), dentro de un esquema de control social biopolítico según las ideas de Michel Foucault.

2 respuestas para “Écrasez les humanités: debemos rechazar unos estudios que nos salen (a todos) muy caros?”

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