El 3 de Julio de 2008 la Comisión de las comunidades europeas publicó una comunicación en la que resaltaba tres puntos y las competencias requeridas tanto para el profesorado como para las directivas de los centros.
Primero,
la educación ha de ser un foco que dé a los alumnos las competencias que necesitan para la vida en nuestra cambiante sociedad del conocimiento, lo que incluye elevar los niveles de lectura y matemáticas, reforzar las capacidades de aprendizaje autónomo, modernizar los currícula, materiales de aprendizaje y formación de los profesores.
Segundo,
se necesita un compromiso para dotar a cada estudiante de un alto nivel de aprendizaje, lo que incluye generalizar la educación preescolar, mejorar la igualdad en los sistemas escolares, reducir el abandono escolar y mejorar el apoyo a los estudiantes con necesidades educativas especiales.
Tercero,
necesitamos incidir en la mejora de los profesores, lo que requiere una más y mejor formación, mejor selección de profesorado y apoyo a los directores para mejorar la enseñanza.
Competencias y cualificaciones del profesorado
La calidad del profesorado es el principal factor interno de la escuela que afecta al rendimiento escolar. Como tal, es vital para el logro de los objetivos de Lisboa. La profesión presenta un alto porcentaje de trabajadores de edad avanzada; alrededor del 30 % de los profesores tiene más de 50 años, y alrededor de 2 millones deberán ser sustituidos de aquí al 2025 para mantener el número de miembros del personal docente. El personal ha de tener las aptitudes docentes que requiere dar a cada alumno las oportunidades apropiadas para que adquiera las competencias necesarias en un entorno escolar seguro y atractivo, basado en el respeto y la cooperación mutuos, que fomente el bienestar social, físico y mental del que estén excluidos el acoso y la violencia. Sin embargo, la mayoría de países informan de deficiencias en las capacidades docentes. A pesar de esto, tanto los incentivos como las inversiones en formación y desarrollo permanentes son escasos. Generalmente, el tiempo que se dedica a formaciones internas es mínimo y en muchos Estados miembros no se respalda sistemáticamente a los nuevos profesores.
- En 2007, los ministros acordaron incrementar el atractivo de la profesión docente como carrera laboral y mejorar la calidad de la formación del profesorado, así como proporcionar formación inicial, apoyo en las fases iniciales de la carrera profesional (inducción) y un desarrollo profesional continuo coordinado y coherente que cuente con recursos adecuados y cuya calidad esté asegurada. Los profesores deberían contar con suficientes incentivos a lo largo de sus carreras para revisar sus necesidades de aprendizaje y adquirir nuevos conocimientos, cualificaciones y competencias, incluso en materia de idiomas.
- Las respuestas a la consulta sobre las escuelas ponen de manifiesto la necesidad de mejorar el equilibrio entre la teoría y la práctica de la formación inicial de los profesores y de presentar la enseñanza como una actividad orientada a la solución de problemas o a la investigación activa, más vinculada al proceso de aprendizaje y a los progresos de los niños. El personal debería tener tiempo para dedicar a la formación y al desarrollo profesional, que deberían gozar de reconocimiento. Para algunos países las condiciones laborales de los profesores, incluida la remuneración, son aspectos fundamentales.
- Investigaciones recientes muestran que en los sistemas educativos con el mejor rendimiento se atrae a las personas más aptas hacia la profesión docente; se utilizan procesos eficaces para seleccionar a los mejores candidatos para la carrera docente y para hacer frente al bajo rendimiento; se adopta un enfoque práctico y permanente con respecto a la educación de los profesores y se crean entornos escolares en donde los profesores aprenden unos de otros.
La dirección de los centros escolares
Las escuelas son organizaciones cada vez más complejas y autónomas. La dirección eficaz de las mismas requiere distintas aptitudes. La tendencia apunta a unos estilos de gestión y dirección compartidas, más estrechamente relacionadas con la gobernanza del centro. Esto requiere que un mayor número de profesores y formadores hayan podido desarrollar sus cualidades de liderazgo. Los puestos de dirección son cada vez más onerosos, por lo que muchos Estados miembros encuentran dificultades para contratar directores de escuela.
- Estudios recientes sugieren que la dirección de las escuelas debería centrarse en mayor grado en las tareas que resulten más eficaces para mejorar el aprendizaje de los alumnos; que el reparto de las tareas de dirección de las escuelas pueden mejorar la eficacia de la escuela; que las personas involucradas en la dirección necesitan una formación adecuada y una preparación permanente a lo largo de sus carreras; y que la contratación y la permanencia del director de la escuela debería realizarse con mayor profesionalidad.
Para apoyar a los Estados miembros en la aplicación de las Conclusiones del Consejo sobre la mejora de la calidad de la formación del profesorado, la Comisión propone dirigir la futura cooperación a:
• garantizar que la oferta en lo que se refiere a la formación inicial del profesorado, la incorporación al puesto y el posterior desarrollo profesional esté coordinada, sea coherente, cuente con los recursos adecuados y su calidad esté asegurada; y mejorar el suministro, la calidad y la asimilación de la formación en servicio para los profesores;
• considerar de nuevo el procedimiento de contratación de profesores a fin de atraer a los candidatos más aptos, seleccionar a los mejores solicitantes y contratar buenos profesores para las escuelas con altos niveles de exigencia, y
• mejorar el procedimiento de contratación de los directores de escuela y facilitarles los medios para que se centren en la mejora del aprendizaje de los estudiantes y en el desarrollo del personal del centro.
Los alumnos
Según el documento Eurydice Las Competencias Clave de 2002 no está claro qué se entiende por el concepto de competencia. Los expertos que lo afrontan suelen dejarse llevar por su formación educativa y cultural así como por sus orígenes lingüísticos.
- Para M. Romainville (1996, pp. 133141) la palabra francesa compétence se empleaba originariamente en el ámbito de la formación profesional, y se refería a la capacidad de realizar una tarea determinada. En décadas recientes, este término se ha introducido en el mundo de la educación general, donde a menudo expresa una cierta «capacidad» o «potencial» para actuar de manera eficaz en un contexto determinado. No son los conocimientos en sí los que cuentan sino el uso que se hace de ellos.
- Para F. Perrenoud (1997), la formación de una competencia permite a las personas que pongan en movimiento, apliquen e integren los conocimientos que han adquirido en situaciones diversas, complejas e impredecibles. Él sugiere la siguiente definición de competencia (p.7): une capacité d’agir efficacement dans un type défini de situations, capacité qui s’appuie sur des connaissances, mais ne s’y réduit pas (una capacidad de actuar eficazmente en un número determinado de situaciones, una capacidad basada en los conocimientos pero que no se limita a ellos).
- Una vez analizadas muchas definiciones del concepto de competencia, F. E. Weinert (OfeD, 2001b, p. 45) concluye que a través de las distintas materias «la competencia se interpreta como un sistema más o menos especializado de capacidades, competencias o destrezas que son necesarias o suficientes para alcanzar un objetivo específico«.
- En el simposio del Consejo de Europa dedicado a las competencias clave, J. Coolahan (European Council, 1996, p. 26) propuso que la competencia y las competencias se deberían considerar como «la capacidad general basada en los conocimientos, experiencia, valores y disposiciones que una persona ha desarrollado mediante su compromiso con las prácticas educativas«.
En la RECOMENDACIÓN DEL PARLAMENTO EUROPEO Y DEL CONSEJO de 18 de diciembre de 2006, las competencias se definen como una combinación de conocimientos, capacidades y actitudes adecuadas al contexto. Las competencias clave son aquéllas que todas las personas precisan para su realización y desarrollo personales, así como para la ciudadanía activa, la inclusión social y el empleo.
El marco de referencia establece ocho competencias clave siguientes:
1. comunicación en la lengua materna;
2. comunicación en lenguas extranjeras;
3. competencia matemática y competencias básicas en ciencia y tecnología;
4. competencia digital;
5. aprender a aprender;
6. competencias sociales y cívicas;
7. sentido de la iniciativa y espíritu de empresa, y
8. conciencia y expresión culturales.
Las competencias clave se consideran igualmente importantes, ya que cada una de ellas puede contribuir al éxito en la sociedad del conocimiento. Muchas de las competencias se solapan y entrelazan: determinados aspectos esenciales en un ámbito apoyan la competencia en otro. La competencia en las capacidades básicas fundamentales de la lengua, la lectura y la escritura, el cálculo y las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) constituyen el fundamento esencial para el aprendizaje, mientras que todas las actividades de aprendizaje se sustentan en la capacidad de aprender a aprender. Hay una serie de temas que se aplican a lo largo del marco de referencia y que intervienen en las ocho competencias clave: el pensamiento crítico, la creatividad, la capacidad de iniciativa, la resolución de problemas, la evaluación del riesgo, la toma de decisiones y la gestión constructiva de los sentimientos.
Competencia digital
Definición:
La competencia digital entraña el uso seguro y crítico de las tecnologías de la sociedad de la información (TSI) para el trabajo, el ocio y la comunicación. Se sustenta en las competencias básicas en materia de TIC: el uso de ordenadores para obtener, evaluar, almacenar, producir, presentar e intercambiar información, y comunicarse y participar en redes de colaboración a través de Internet.
La competencia digital exige una buena comprensión y amplios conocimientos sobre la naturaleza, la función y las oportunidades de las TSI en situaciones cotidianas de la vida privada, social y profesional. Esto conlleva el conocimiento de las principales aplicaciones informáticas, como los sistemas de tratamiento de textos, hojas de cálculo, bases de datos, almacenamiento y gestión de la información, y la comprensión de las oportunidades y los riesgos potenciales que ofrecen Internet y la comunicación por medios electrónicos (correo electrónico o herramientas de red) para la vida profesional, el ocio, la puesta en común de información y las redes de colaboración, el aprendizaje y la investigación. Asimismo, las personas deben comprender las posibilidades que las TSI ofrecen como herramienta de apoyo a la creatividad y la innovación, y estar al corriente de las cuestiones relacionadas con la validez y la fiabilidad de la información disponible y de los principios legales y éticos por los que debe regirse el uso interactivo de las TSI.
Las capacidades necesarias incluyen:
– la capacidad de buscar, obtener y tratar información, así como de utilizarla de manera crítica y sistemática, evaluando su pertinencia y diferenciando entre información real y virtual, pero reconociendo al mismo tiempo los vínculos. Las personas deben ser capaces de utilizar herramientas para producir, presentar y comprender información compleja y tener la habilidad necesaria para acceder a servicios basados en Internet, buscarlos y utilizarlos, pero también deben saber cómo utilizar las TSI en apoyo del pensamiento crítico, la creatividad y la innovación.
La utilización de las TSI requiere una actitud crítica y reflexiva con respecto a la información disponible y un uso responsable de los medios interactivos; esta competencia se sustenta también en el interés por participar en comunidades y redes con fines culturales, sociales o profesionales.
El Informe de la Fundación MacArthur sobre las nuevas tecnologías (Living and Learning with New Media: Summary of Findings from the Digital Youth Project)
de Noviembre de 2008 avisa de que la educación está cambiando y esto es algo que ya casi nadie duda. Debemos volver al pasado? La cuestión se podría plantear de un modo rousseauniano: dado el avance de la industrialización, es necesario retornar al paraíso perdido, al buen salvaje? O afrontamos los retos que se nos plantean?
«Social network sites, online games, video-sharing sites, and gadgets such as iPods and mobile phones are now fixtures of youth culture. They have so permeated young lives that it is hard to believe that less than a decade ago these technologies barely existed. Today’s youth may be coming of age and struggling for autonomy and identity as did their predecessors, but they are doing so amid new worlds for communication, friendship, play, and self-expression.»
El estudio que realizaron, apostillan, estuvo motivado por dos cuestiones principales:
1. cómo las nuevas tecnologías están siendo integradas por los jóvenes
2. cómo estas prácticas cambian la dinámica de las relaciones con los adultos en relación a la educación, el aprendizaje y el conocimiento dirido.
Las conclusiones que han derivado son las siguientes:
1. Participar en la era digital significa algo más que ser capaz de acceder a una información «seria» y a cultura online; significa igualmente la capacidad de participar en actividades sociales y recreativas online.
2. Junto a barreras económicas, los jóvenes encuentran obstáculos institucionales, sociales y culturales para la participación online.
3. Las redes sociales aportan a la juventud un contexto para desarrollar normas sociales negociando con sus peers.
4. La juventud está desarrollando nuevas formas de alfabetización que están enlazadas con las nuevas tecnologías y con los mundos socio-culturales de los jóvenes.
5. El aprendizaje basado en las redes sociales tiene propiedades específicas que sugieren alternativas a la educación formal.
Finalmente, ¿Cómo ha de ser el estudiante del siglo XXI?
He encontrado esta interesante reflexión sobre la enseñanza del siglo XXI (gracias Alice), reflexión que deberíamos asimilar : no sólo instalemos ordenadores, sepamos utilizarlos bien. Y ésto es a día de hoy utilizar las herramientas de la WEB 2.0.
Cito a Alice
«There is still a lot to be done:
* students often know how to collect links but don’t know how to interpret them.
* many teachers are still highly suspect of online information.
What is your view? do you think this video is a good summary of 21st century education?»
Referencias:
- Bruselas, 3.7.2008 COM(2008) 425 final COMUNICACIÓN DE LA COMISIÓN AL PARLAMENTO EUROPEO, AL CONSEJO, AL COMITÉ ECONÓMICO Y SOCIAL EUROPEO Y AL COMITÉ DE LAS REGIONES Mejorar las competencias en el siglo XXI: agenda para la cooperación europea en las escuelas
- 10 competencias que debe tener el profesor del siglo XXI, (consultado 17/08/2015)
- El profesor del Siglo XXI (consultado 17/08/2015)
- Eurydice Las Competencias Clave de 2002
- RECOMENDACIÓN DEL PARLAMENTO EUROPEO Y DEL CONSEJO de 18 de diciembre de 2006
- Informe de la Fundación MacArthur sobre las nuevas tecnologías de 2008